Por Emma Whitaker
La industria del fitness a menudo está plagada de lemas y frases como "no hay excusas", "apresúrate más" y "no hay tráfico en la milla extra". Si bien hay un momento y un lugar para un poco de motivación en esos días en los que nos sentimos lentos, ¿cómo saber cuándo realmente necesitamos un día de descanso?
Quemar
Muchas veces me he encontrado pasando por un bloqueo de entrenamiento que me había quitado mucha energía. Llego a esa sesión en la que mis levantamientos son descuidados y me enfado y me frustro conmigo mismo. Cuando pierdo la capacidad de concentrarme y levantar peso con precisión, simplemente estoy arriesgándome a lesionarme. No me malinterpretes, todos tenemos malos días para levantar pesas, esos días en los que las cosas simplemente no van bien y no estás subiendo por debajo de la barra lo suficientemente rápido, o te falta la respiración. Pero hay una diferencia entre un día libre y cuando tu cuerpo simplemente no tiene nada más que dar.
¿Aprovechaste bien tu día de descanso?
En promedio, cada persona que planifica un programa de entrenamiento planificará de 2 a 5 entrenamientos por semana, según su horario. Esos días adicionales en los que no hay entrenamientos planificados a menudo se denominan días de descanso, pero, siendo realistas, ¿estamos descansando sólo porque no hacemos ejercicio? Si regresa a su siguiente sesión después de un día de descanso y todavía se siente rígido, adolorido y cansado, probablemente haya una razón.
Un "día de descanso" en el sentido de no hacer ejercicio es una cosa, pero ¿tu cuerpo realmente ha tenido la oportunidad de recuperarse? Considere qué otras presiones y tensiones sufre y si su cuerpo realmente tuvo la oportunidad de detenerse, descansar y recuperarse. Un día en el que estás tan ocupado que no puedes encajar en una sesión no es realmente un día de descanso si estás corriendo lleno de estrés y preocupación. Cuando llegas a tu día de descanso, es importante escuchar realmente lo que tu cuerpo necesita. Intente reservar algo de tiempo que normalmente dedicaría a un entrenamiento y planifique algunas actividades de descanso o una “ recuperación activa ” muy suave.
Esto podría ser:
- algunos estiramientos dinámicos
- un masaje o un baño caliente
- un rato en el rodillo de espuma frente al televisor
- una caminata corta y de bajo esfuerzo
- algo de meditación o una actividad de atención plena
Si aprovechas al máximo tu día de descanso y lo tratas con la misma disciplina que utilizas para tus entrenamientos, no sólo te sentirás mejor recuperado, sino que sacarás más provecho de tus sesiones de entrenamiento activo. De esa manera, descubrirá que no se agotará con tanta frecuencia ni se sentirá desesperado por llegar el próximo día de descanso.
¿Cómo pasas tu día de descanso?
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